Literatura y Ensayo. Wadi-as Información
por Fernando de Villena
Sacudido por una gran emoción,
he finalizado ahora mismo la lectura del libro “Tiempo gris de
cosmos”, de José Antonio Santano. Yo conocía toda su obra
anterior y había escrito sobre algunos de sus títulos.
“La piedra escrita” me
pareció un libro estremecedor presidido por el tema de la muerte;
“Suerte de alquimia” fue un buen poemario de amor y pasión...
Por aquellos días ya señalé que en la poesía de José Antonio
Santano venían a confluir la mediterraneidad del litoral almeriense
donde vive desde hace bastantes años con el telurismo y la estirpe
senequista de los autores cordobeses, desde Cántico hasta Vicente
Núñez. Y también afirmé que José Antonio era un poeta vitalista
y que su mismo tono elegíaco empleado a veces nacía de ese
fuertísimo amor a la vida y a sus dones.
“Tiempo gris de cosmos”, su
poemario recién publicado en la granadina editorial “Nazarí”,
es un libro marcado por el dolor, un gran lamento, pero, de igual
modo que sus anteriores títulos, nacido del gran amor a la vida que
siente el poeta y de su rabia y angustia ante este tiempo gris en el
que la existencia de los seres humanos no merece ningún respeto y es
mancillada cada día de muchas maneras.
Tras el ombliguismo y la
frivolidad de gran parte de la poesía española de las últimas
décadas (sobre todo de la poesía de la Experiencia), al presente se
percibe una rehumanización, una vuelta del yo al nosotros. Y así,
en “Tiempo gris de cosmos” leemos versos referidos a los mendigos
y los desfavorecidos tan significativos como éstos: “Con ellos
comparto hoy mi vida sino suya y entera para siempre” O como estos
otros: “... nada me queda sino acopiar todo el llanto humano y
hacerlo mío, sólo mío.” Encontramos, pues, aquí a José
Antonio Santano tan dueño de ese ritmo, de esa musicalidad del
verso, de esas grandes y continuas metáforas, como en sus entregas
anteriores, pero su poesía ha ganado en hondura, en tensión
emocional, en lo que él y otros autores nombran “humanismo
solidario”. En la primera parte del libro existe ya como una
premonición dolorosa y cierto tono existencial hasta el punto de
llevarnos a preguntarnos qué lugar queda para la esperanza. Y
entonces nos llega la segunda parte del poemario formada por un solo
poema dividido en diez secuencias, un poema que constituye un
monólogo del escritor que contesta a la pregunta que se nos hace al
entrar en facebook: “¿Qué estás pensando?” Ese extenso poema
donde el autor toma partido por los desfavorecidos, los enfermos, los
miserables, los mendigos, los niños hambrientos..., representa un
feroz alegato contra este tiempo de impostura e injusticia, un
alegato escrito con una fuerza withmaniana. Aunque al final, José
Antonio Santano nos viene a decir que sólo el Hombre que oficia de
Hombre alcanza su sentido en este naufragio. Debo añadir que el
libro incluye también un brillante estudio sobre la poética de
Santano firmado por el también poeta José Cabrera Martos.