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Santano y la verdad oculta. El aforista

Santano y la verdad oculta



José Antonio Santano (Baena, Córdoba, 1957) es Graduado Social por la Universidad de Granada y Técnico Superior en Relaciones Industriales por la de Alcalá de Henares. Es autor de numerosos libros y publicaciones, tales como Profecía de Otoño (Sevilla, 1994), Exilio en Caridemo (Almería, 1998) Íntima heredad (Córdoba, 1998), o La piedra escrita (Salobreña, 2000). Fue finalista del Premio Nacional de la Crítica y Premio Nacional de Poesía en 2000. Pertenece a la Asociación de Escritores y Críticos Literarios de Andalucía Críticos del Sur y a la Asociación Colegial de Escritores de España. Ha dirigido la revista literaria Cuadernos de Caridemo, de Almería. Dirige la colección Palabras Mayores, de poesía, de la Editorial Alhulia, de Salobreña (Granada). Ha coordinado el espacio radiofónico El rincón de la lectura, del programa Protagonistas Almería, de la emisora Punto Radio Almería. Ha dirigido y presentado el programa cultural y radiofónico Caleidoscopio, de ACL Radio, de Almería. Actualmente es colaborador del Diario de Almería, con su columna semanal Imaginario. Los aforismos que publicamos se incluyen en su libro Estación Sur (Alhulia, Salobreña, 2012), y se publican con la autorización del escritor.



Todos los días, me propongo cambiar mi mal carácter. Sin embargo, sólo cambian los días.


Si los libros son vida, ¿por qué son, al parecer, tantos los cadáveres?


La tristeza me acompaña siempre. ¿Acaso es ella mi verdadero ángel de la guarda?


La fe no sólo mueve montañas, también las destruye.


Se suceden los días y no me encuentro en ellos, soy la sombra que los sustenta.


Volvamos al génesis de todo y hallaremos la nada, el vacío.


No es momento de lamentaciones. Se pierde lo que no se ha sabido amar hasta el fin de nuestros días.


Siempre creí que los inviernos hacían fuertes a los hombres, ahora sé que sólo los hacen fríos.


Perdonó a los amantes mientras caía vertiginosamente desde la trigésima plantas de los Apartamentos Paraíso.


Allí donde estén, todos los verdugos son iguales, y distintas las víctimas.


Si la verdad existe, ¿por qué la oculta la noche?


Después de una tempestad, viene otra.


Supe, diez días después de haber cumplido cuarenta y ocho años, del verdadero dolor de los vencidos.


¡Aleluya! ¡Aleluya! Me he visto en el espejo, y no me he gustado.


De noche, todos los hombres son necios.

Santano y la verdad oculta. El aforista

Santano y la verdad oculta



José Antonio Santano (Baena, Córdoba, 1957) es Graduado Social por la Universidad de Granada y Técnico Superior en Relaciones Industriales por la de Alcalá de Henares. Es autor de numerosos libros y publicaciones, tales como Profecía de Otoño (Sevilla, 1994), Exilio en Caridemo (Almería, 1998) Íntima heredad (Córdoba, 1998), o La piedra escrita (Salobreña, 2000). Fue finalista del Premio Nacional de la Crítica y Premio Nacional de Poesía en 2000. Pertenece a la Asociación de Escritores y Críticos Literarios de Andalucía Críticos del Sur y a la Asociación Colegial de Escritores de España. Ha dirigido la revista literaria Cuadernos de Caridemo, de Almería. Dirige la colección Palabras Mayores, de poesía, de la Editorial Alhulia, de Salobreña (Granada). Ha coordinado el espacio radiofónico El rincón de la lectura, del programa Protagonistas Almería, de la emisora Punto Radio Almería. Ha dirigido y presentado el programa cultural y radiofónico Caleidoscopio, de ACL Radio, de Almería. Actualmente es colaborador del Diario de Almería, con su columna semanal Imaginario. Los aforismos que publicamos se incluyen en su libro Estación Sur (Alhulia, Salobreña, 2012), y se publican con la autorización del escritor.



Todos los días, me propongo cambiar mi mal carácter. Sin embargo, sólo cambian los días.


Si los libros son vida, ¿por qué son, al parecer, tantos los cadáveres?


La tristeza me acompaña siempre. ¿Acaso es ella mi verdadero ángel de la guarda?


La fe no sólo mueve montañas, también las destruye.


Se suceden los días y no me encuentro en ellos, soy la sombra que los sustenta.


Volvamos al génesis de todo y hallaremos la nada, el vacío.


No es momento de lamentaciones. Se pierde lo que no se ha sabido amar hasta el fin de nuestros días.


Siempre creí que los inviernos hacían fuertes a los hombres, ahora sé que sólo los hacen fríos.


Perdonó a los amantes mientras caía vertiginosamente desde la trigésima plantas de los Apartamentos Paraíso.


Allí donde estén, todos los verdugos son iguales, y distintas las víctimas.


Si la verdad existe, ¿por qué la oculta la noche?


Después de una tempestad, viene otra.


Supe, diez días después de haber cumplido cuarenta y ocho años, del verdadero dolor de los vencidos.


¡Aleluya! ¡Aleluya! Me he visto en el espejo, y no me he gustado.


De noche, todos los hombres son necios.