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El oro de los tigres. José Antonio Santano


EL ORO DE LOS TIGRES


Al cuidado de la poeta y profesora Noelia Illán Conesa nace esta antología poética que toma prestado el título de un poema de Jorge Luis Borges: El oro de los tigres y que contiene algo más de medio centenar de poemas de José María Álvarez (Cartagena, 1942), de unidad temática: las ciudades que han sido luz y verbo en la mirada del poeta, sin olvidar los elementos que se aglutinan en ella: el arte mismo en su ruinosa realidad, la literatura que contagia y nos hace temblar y el amor como esencia vital, como único argumento en el seguro camino hacia la nada y el todo. Pensamiento, tradición clásica, pureza del lenguaje, elegancia poética la que late en cada uno de los poemas que integran El oro de los tigres.
Las ciudades amadas, sentidas, inolvidables. Dice el novelista Antonio Muñoz Molina que “La escritura de un libro siempre es el fruto y el testimonio de una posesión…También para escribir sobre una ciudad hace falta haber sido previamente poseído por ella”. Seguramente algo de esto le pasa al poeta cuando escribe sobre ciudades tales como Roma, Istambul, Budapest, Barcelona, Sevilla, París o Venezia –entre otras-, que en su decadencia o en su ruina se hacen más bellas y vitales. Nada se escapa a la mirada atenta del poeta en esa especie de espiral discursiva poético-narrativa, hasta llegar a la concreción de la idea, al alma y la esencia de la palabra para emocionar al lector, para producir en él una sacudida certera, un temblor, para ser poseído, sin más. canto de amor, ciudad que resplandece, Istambul es la ciudad deseada; Budapest será un ensueño anonadador y fantástico, Roma la felicidad, como también lo era para Gohete; Venezia será la decadencia, el sonido de las campanas, la sombra de Ezra Pound, los silencios del Adriático en el Canal o la nostalgia palaciega; Sevilla la sacra y enjoyada luz, la furia del Mito, o, París, cómo no, envolvente, profundo, mágico y secreto. La presente antología poética, con acertada selección de poemas de Noelia Illán es un viaje hacia el conocimiento tras haber bebido de la más pura tradición literaria clásica, pero con la mirada luminosa, el asombro que habita en el poeta, que es la magia que descubre en lo desconocido, en las calles y plazas, en los edificios y el arte, la literatura clásica. 


En los poemas que integran esta antología hallamos eso y algo más, la pureza, la luz, los sentidos en absoluta armonía, el vuelo de las palabras que anidan en el silencio de la estancia y se hacen mariposa o pájaro en el albo papel, trascendidas. He aquí el final del viaje, escribe José María Álvarez, y yo añado, un hermoso viaje al corazón, a la esencia misma de la verdadera poesía.

Editorial: Balduque

El oro de los tigres. José Antonio Santano


EL ORO DE LOS TIGRES


Al cuidado de la poeta y profesora Noelia Illán Conesa nace esta antología poética que toma prestado el título de un poema de Jorge Luis Borges: El oro de los tigres y que contiene algo más de medio centenar de poemas de José María Álvarez (Cartagena, 1942), de unidad temática: las ciudades que han sido luz y verbo en la mirada del poeta, sin olvidar los elementos que se aglutinan en ella: el arte mismo en su ruinosa realidad, la literatura que contagia y nos hace temblar y el amor como esencia vital, como único argumento en el seguro camino hacia la nada y el todo. Pensamiento, tradición clásica, pureza del lenguaje, elegancia poética la que late en cada uno de los poemas que integran El oro de los tigres.
Las ciudades amadas, sentidas, inolvidables. Dice el novelista Antonio Muñoz Molina que “La escritura de un libro siempre es el fruto y el testimonio de una posesión…También para escribir sobre una ciudad hace falta haber sido previamente poseído por ella”. Seguramente algo de esto le pasa al poeta cuando escribe sobre ciudades tales como Roma, Istambul, Budapest, Barcelona, Sevilla, París o Venezia –entre otras-, que en su decadencia o en su ruina se hacen más bellas y vitales. Nada se escapa a la mirada atenta del poeta en esa especie de espiral discursiva poético-narrativa, hasta llegar a la concreción de la idea, al alma y la esencia de la palabra para emocionar al lector, para producir en él una sacudida certera, un temblor, para ser poseído, sin más. canto de amor, ciudad que resplandece, Istambul es la ciudad deseada; Budapest será un ensueño anonadador y fantástico, Roma la felicidad, como también lo era para Gohete; Venezia será la decadencia, el sonido de las campanas, la sombra de Ezra Pound, los silencios del Adriático en el Canal o la nostalgia palaciega; Sevilla la sacra y enjoyada luz, la furia del Mito, o, París, cómo no, envolvente, profundo, mágico y secreto. La presente antología poética, con acertada selección de poemas de Noelia Illán es un viaje hacia el conocimiento tras haber bebido de la más pura tradición literaria clásica, pero con la mirada luminosa, el asombro que habita en el poeta, que es la magia que descubre en lo desconocido, en las calles y plazas, en los edificios y el arte, la literatura clásica. 


En los poemas que integran esta antología hallamos eso y algo más, la pureza, la luz, los sentidos en absoluta armonía, el vuelo de las palabras que anidan en el silencio de la estancia y se hacen mariposa o pájaro en el albo papel, trascendidas. He aquí el final del viaje, escribe José María Álvarez, y yo añado, un hermoso viaje al corazón, a la esencia misma de la verdadera poesía.

Editorial: Balduque

El oro de los tigres.


EL ORO DE LOS TIGRES


Al cuidado de la poeta y profesora Noelia Illán Conesa nace esta antología poética que toma prestado el título de un poema de Jorge Luis Borges: El oro de los tigres y que contiene algo más de medio centenar de poemas de José María Álvarez (Cartagena, 1942), de unidad temática: las ciudades que han sido luz y verbo en la mirada del poeta, sin olvidar los elementos que se aglutinan en ella: el arte mismo en su ruinosa realidad, la literatura que contagia y nos hace temblar y el amor como esencia vital, como único argumento en el seguro camino hacia la nada y el todo. Pensamiento, tradición clásica, pureza del lenguaje, elegancia poética la que late en cada uno de los poemas que integran El oro de los tigres.
Las ciudades amadas, sentidas, inolvidables. Dice el novelista Antonio Muñoz Molina que “La escritura de un libro siempre es el fruto y el testimonio de una posesión…También para escribir sobre una ciudad hace falta haber sido previamente poseído por ella”. Seguramente algo de esto le pasa al poeta cuando escribe sobre ciudades tales como Roma, Istambul, Budapest, Barcelona, Sevilla, París o Venezia –entre otras-, que en su decadencia o en su ruina se hacen más bellas y vitales. Nada se escapa a la mirada atenta del poeta en esa especie de espiral discursiva poético-narrativa, hasta llegar a la concreción de la idea, al alma y la esencia de la palabra para emocionar al lector, para producir en él una sacudida certera, un temblor, para ser poseído, sin más. canto de amor, ciudad que resplandece, Istambul es la ciudad deseada; Budapest será un ensueño anonadador y fantástico, Roma la felicidad, como también lo era para Gohete; Venezia será la decadencia, el sonido de las campanas, la sombra de Ezra Pound, los silencios del Adriático en el Canal o la nostalgia palaciega; Sevilla la sacra y enjoyada luz, la furia del Mito, o, París, cómo no, envolvente, profundo, mágico y secreto. La presente antología poética, con acertada selección de poemas de Noelia Illán es un viaje hacia el conocimiento tras haber bebido de la más pura tradición literaria clásica, pero con la mirada luminosa, el asombro que habita en el poeta, que es la magia que descubre en lo desconocido, en las calles y plazas, en los edificios y el arte, la literatura clásica. En los poemas que integran esta antología hallamos eso y algo más, la pureza, la luz, los sentidos en absoluta armonía, el vuelo de las palabras que anidan en el silencio de la estancia y se hacen mariposa o pájaro en el albo papel, trascendidas. He aquí el final del viaje, escribe José María Álvarez, y yo añado, un hermoso viaje al corazón, a la esencia misma de la verdadera poesía.

Editorial: Balduque